Marilyn, Andy Warhol y Walter Benjamin I

"Puedes estar viendo la tele y ver una coca cola, y puedes saber que el presidente bebe coca cola, Liz Taylor bebe coca cola, y piénsalo, tu también puedes beber coca cola (...) ninguna cantidad de dinero puede brindarte una mejor coca cola que la que esta bebiendo el mendigo de la esquina. Todas las colas son la misma y todas las colas son buenas. Liz Taylor lo sabe, el presidente lo sabe, el mendigo lo sabe y tú lo sabes".

Andy Warhol

Todo el mundo puede pagar una entrada de cine y ver a Marilyn, ninguna cantidad de dinero puede proporcionarte una Marilyn mejor en tu pantalla de cine.


La imagen de Mariliyn aparecía una y otra vez, o cada vez que aparecía era noticia, porque la gente deseaba verla.

La imagen de Marilyn es como una palabra que se repite una y otra vez. Utilizada en contextos distintos, abarca cada vez más matices y acaba pasando a significar tantas cosas que al final pierde su contenido. Nietzsche se refería a las palabras como monedas que terminan gastadas por su uso, perdiendo su valor.



La imagen del personaje se amplifica en los medios hasta distorsionarse. Hablamos de Marilyn, que oculta a Norma Jean, porque a quien todo el mundo quiere ver es a Mariliyn y todo el mundo se ve con derecho a disfrutar mitificando a la estrella.


Superstar fue una de las palabras que acuño Warhol, otra moneda finalmente desgastada, sobreutilizada que al final no significa nada. Todo el mundo tiene derecho a sus quince minutos de fama.
Warhol reproduce la imagen de Marilyn (una imagen simple, fácil de reconocer) repetida infinidad de veces de manera mecánica, con una variedad surtida de colores llamativos, como camisetas entre las cuales elegir a nuestro gusto.


Warhol no busca la imagen cuidada sino las impresiones de baja calidad de los periódicos, las revistas, los carteles. Los carteles que todo el mundo ve, los periódicos y revistas que todo el mundo toca. Porque es hay donde viven los mitos y las estrellas.

Sin embargo es una imagen que el uso va desgastando.



Cuando nos exponemos muchas veces a un estímulo nuestro cuerpo se acomoda y sus efectos sobre nosotros se atenúan. Los publicistas hablan de impacto refiriéndose a la capacidad de atraer nuestra atención y cualquier publicista sabe que cuanto mas exposición menor impacto.

El propio método de trabajo de Warhol se puede aplicar a cualquier personaje e incluso a cualquier cosa. De esta manera se representan de igual forma a Mariliyn, a Liz Taylor, a Elvis o Mao. Todos convertidos en iconos, reducidos a su imagen pública, consumibles.

Todos los warhol tratan a todos igual. Ninguna cantidad de dinero puede hacer que Warhol trabaje distinto.







Y cualquiera puede hacer una serigrafía con su retrato al modo de Warhol. En todo caso sera el capricho en la elección del color y el azar de las imperfecciones, los que le den carta de originalidad (en ningún caso la mano del pintor).

Hoy hay miles de empresas de reprografía que pueden hacerte un retrato al modo de Warhol,en cualquier tipo de soporte: lienzo, vinilo, papel, camisetas, tazas.... eso si, como no lo ha hecho Warhol esa obra no nos valdrá nuestros quince minutos de fama.




Irónicamente en un proceso que él deliberadamente hizo impersonal se sigue valorando la firma, la autoría.


Seguramente a Warhol le entusiasmaría hacer dinero con un producto que tuviera demanda y que pudiera producir en cantidad.


Para el comprador la genialidad, lógicamente, esta en la idea, no en la realización.

Sin embargo los coleccionistas que también son mitómanos pagan por la exclusividad y esta está en lo original. El valor no esta en el producto sino en la historia del producto (¡¡¡¡lo toco warhol!!!! o mejor ¡¡¡¡se hicieron en las máquinas de Warhol bajo su supervision!!!!!!!!!!!).

Los broker de New York que pagan millonadas por un Warhol quieren un "Warhol auténtico" del que se pueda presumir. Un articulo de lujo.