Chillida es uno de esos artistas que desde siempre me ha gustado. Incluso antes de saber porque me gustaba. Supongo que suele ser a si. Nos iniciamos en el arte porque nos genera una curiosidad que no nos podemos quitar de la cabeza.
Al menos así fue en mi caso, desde que tengo recuerdos, había obras que me dejaban asombrado, no podía dejar de mirarlas y aún ahora me es muy difícil explicar con palabras lo que me hacen sentir.
Es como cuando alguien te susurra y tienes que acercarte en silencio, muy atento para intentar oír. El arte intenta seducirte, sacarte del camino trazado, de lo conocido, llevarte a otro lado.
Algunas obras, algunos artistas además entran a formar parte de nuestra vida . Yo recuerdo especialmente ir caminando un día, junto a mi mujer y mis hijos hacía el Elogio del horizonte, en Gijón. Y luego estar dentro de él, mirando y oyendo el mar.
Ahora, después de haberlo estudiado, de haber pasado tiempo delante de sus obras se algunas cosas por las cuales de siempre me gustaba. Una es la utilización del vacío haciendo que este explique. La otra es su honestidad con los materiales. Esa forma de trabajar de manera sincera. Planteando problemas complicados desde la coherencia y la humildad.
En su obra las cualidades del material son fundamentales, no puede concebirse en otro material.
No intenta que el mármol parezca madera o que la piedra de sensación de ligereza.
En el arte realista se juega con la ilusión de hacer que unas cosas parezcan otras. Así el mármol en una estatua de Canova parece tela o el óleo en una pintura de bodegón parece porcelana. En el arte realista es imprescindible hacer creíble el engaño. No hay que olvidar que una de las definiciones de arte es artimaña.
En la génesis de la obra de Chillida esta el material, formando parte desde el principio del proceso creativo. El material es el punto de partida y al mismo tiempo el que marca el camino. El éxito de la obra es hacer visible el material.
La luz filtrada a través del alabastro. Los encofrados visibles del hormigón. El óxido del hierro, a veces como planchas que se cortan formando el volumen, a veces retorcido haciendo visible el esfuerzo por moldearlo. Las vetas y las grietas de la madera. Lo compacto, cerrado y aspero de las lurras.
Al menos así fue en mi caso, desde que tengo recuerdos, había obras que me dejaban asombrado, no podía dejar de mirarlas y aún ahora me es muy difícil explicar con palabras lo que me hacen sentir.
Es como cuando alguien te susurra y tienes que acercarte en silencio, muy atento para intentar oír. El arte intenta seducirte, sacarte del camino trazado, de lo conocido, llevarte a otro lado.
Algunas obras, algunos artistas además entran a formar parte de nuestra vida . Yo recuerdo especialmente ir caminando un día, junto a mi mujer y mis hijos hacía el Elogio del horizonte, en Gijón. Y luego estar dentro de él, mirando y oyendo el mar.
Ahora, después de haberlo estudiado, de haber pasado tiempo delante de sus obras se algunas cosas por las cuales de siempre me gustaba. Una es la utilización del vacío haciendo que este explique. La otra es su honestidad con los materiales. Esa forma de trabajar de manera sincera. Planteando problemas complicados desde la coherencia y la humildad.
En su obra las cualidades del material son fundamentales, no puede concebirse en otro material.
No intenta que el mármol parezca madera o que la piedra de sensación de ligereza.
En el arte realista se juega con la ilusión de hacer que unas cosas parezcan otras. Así el mármol en una estatua de Canova parece tela o el óleo en una pintura de bodegón parece porcelana. En el arte realista es imprescindible hacer creíble el engaño. No hay que olvidar que una de las definiciones de arte es artimaña.
Ese no es el problema de Chillida. El problema que se plantea, sin embargo, tiene mucha tradición en la historia de la escultura.
Miguel Ángel observaba los bloques de mármol para ver que escultura llevaban dentro, lo que el bloque, sus características sugería. Buscaba trabajar con sus características no en contra de ellas. En vez de ir con una idea rígida desarrollada en bocetos veía la manera de adecuar la representación al bloque de mármol concreto del que partía.
En la génesis de la obra de Chillida esta el material, formando parte desde el principio del proceso creativo. El material es el punto de partida y al mismo tiempo el que marca el camino. El éxito de la obra es hacer visible el material.
La luz filtrada a través del alabastro. Los encofrados visibles del hormigón. El óxido del hierro, a veces como planchas que se cortan formando el volumen, a veces retorcido haciendo visible el esfuerzo por moldearlo. Las vetas y las grietas de la madera. Lo compacto, cerrado y aspero de las lurras.
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