TALLER INFANTIL DE PINTURA: LA PREHISTORIA

En la clase que tenemos los viernes con los niños hemos realizado un trabajo en el que hemos disfrutado especialmente tanto ellos como nosotros por eso he decidido compartirlo con vosotros.

Comenzamos hablando de la función mágica y religiosa del arte. Es importante que los niños vayan adquiriendo unas nociones claras ya que el vocabulario del arte tiende a ser más sugerente que concreto y suele ser ambiguo. Para que tengan las ideas claras nos juntamos y les hago preguntas y les pongo ejemplos antes de darles las claves de los conceptos que vamos a trabajar. Lógicamente es también una manera de implicarles y motivarles al darles un sentido y un contexto en el que desarrollar sus dibujos.

Mientras enseñaba fotos de pinturas y esculturas primitivas contábamos como los hombres en aquel tiempo creían que las representaciones tenían poder. Así las Venus paleolíticas, tan generosas en curvas, eran símbolo de la fecundidad; en aquel entonces realizaban figuras que representaban a sus ancestros para que intercediesen por ellos desde el otro mundo; utilizaban las esculturas y las pinturas en rituales que favorecían la caza y la cosecha. Termine señalándoles como aquellos hombres y mujeres también creían que las figuras tenían el poder de curar.

Esta idea me permitía enlazar este trabajo con otros que ya habíamos realizado dando continuidad a la programación y pudiendo así relacionar aspectos distintos. En este caso el objetivo era enlazar expresividad y creatividad.

Anteriormente habíamos estado trabajando sobre la faceta expresiva del arte. Con los trabajos de expresividad buscamos que puedan canalizar su emotividad y sus sentimientos, tanto desde el punto de vista del autor como del espectador.

Fue entonces cuando les pregunte si ellos creían que el arte podía ayudar a curar. Se quedaron pensando, no lo tenían muy claro hasta que empezamos a relacionar la idea de curarse con la expresividad: ¿cómo me siento al hacer los dibujos o al ver una película? ¿el pintar nos puede ayudar a sentirnos mejor? ¿el imaginar una historia nos puede ayudar en algunos momentos?¿entendemos mejor a las personas con las que convivimos después de haber leído un cuento?
Entonces si tenían claro que una pintura no podía arreglar un brazo roto pero si podía hacer que la persona que tenía el brazo roto se encontrara mejor y que el día que nos encontrábamos tristes o enfadados, pintar nos podía ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo. Lo relacionamos también con el juego ya que al jugar nos divertimos y pintar también es jugar: jugar con los colores, imaginarse cosas...

Aquí enlazamos la idea de juego con el concepto principal que íbamos a desarrollar en el nuevo trabajo, el de creatividad. Clarificamos el tema haciendo hincapié en que la creatividad es la capacidad que tenemos todos de que se nos ocurran ideas, cuantas más mejor y que de esas ideas nos interesaban las nuevas, las distintas las que no habíamos pensado antes ni sabíamos anteriormente.

Les conté como los pintores rupestres se metían en el fondo de las cavernas y allí con poca luz miraban las forma irregulares de la pared y aprovechando los volúmenes, los huecos y las grietas se imaginaban a los animales, igual que cuando nosotros vemos formas en las nubes o en las manchas de humedad de una pared.

Trabajaban a partir de lo que ya había y adaptaban la forma y el movimiento del animal a lo que las paredes les sugerían. Esa es una buena manera de buscar cosas nuevas y así no pintar siempre los mismos animales que ya sabemos hacer.

Así que les propuse hacer un cuadro como las pinturas rupestres. Para ello preparamos una hoja haciendo rugosidades con polvo de mármol y látex. Para darle color teñimos la hoja con café diluido en varias capas. Luego les pedí que buscaran animales y figuras reales o fantásticas y que una vez las vieran las pintaran con ceras.

Diego 8 años.

Ada 6 años.

Fue muy gratificante ver como se lanzaban a buscar figuras y como comentaban sus hallazgos los unos con los otros. Las formas surgían de manera mágica a partir de las rugosidades. Las ceras pintaban de manera irregular provocando accidentes que enseguida aprovechaban. Personalizaban con nombres, sonidos e historias aquello que dibujaban. Realizaron trabajos completamente distintos y aplicaron, sin que yo les indicara nada, factores expresivos de la forma y el color que habíamos trabajado en clase previamente. Hasta los más pequeños estuvieron trabajando durante mucho tiempo si perder la concentración, divirtiéndose.

Terminamos la clase viendo cuadros de los pintores contemporáneos Tapies y Saura. Les conté que ellos empezaron a pintar cuando siendo jóvenes contrajeron una enfermedad que les tenia en cama. Como ellos se sentían atraídos por la pintura primitiva y como utilizan el azar, la materia y los signos.

La creatividad y la expresión se potencian mutuamente.
La creatividad nos aleja de rigideces volviéndonos más flexibles en nuestros planteamientos. Nos aleja de dogmatismos y nos hace más libres. Nos hace más receptivos y observadores. Nos permite plantearnos los problemas desde diferentes puntos de vista y encontrar nuevas soluciones.

El juego creativo también nos ayuda a sentirnos bien aparte de ayudarnos a tener ideas nuevas. Es más, esas ideas nuevas son las que nos proyectan al futuro.